Ernst Jünger. De él decía Sartre: “Lo odio no por alemán, sino por aristócrata”.
Aristocracia del espíritu es un concepto integral, de raíz vitalista y concepción jerárquica. La atribución de espiritualidad a lo aristocrático no pretende dar pompa a un término maldito, empachado y prostituido, ni justificar el uso de un clasismo fácil, sino significar un estado afamado de nuestras almas. Lo aristocrático remite a la sangre, a la herencia y a la perpetuación de la nobleza por los lazos de parentesco.