ANTES: El heroísmo de un pueblo que supo resistir al invasor
DESPUES: La capitulación vulgar y degradante de un régimen comunista (economicista) ofreciendo un pueblo, su tierra y destino al régimen Demo-Liberal-Capitalista y, por lo tanto, tan economicista como el anterior.
Queremos decirle al amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad maligna.
El coraje, la audacia y la rebeldía serán elementos esenciales de nuestra poesía.
La pintura y el arte ha magnificado hasta hoy la inmovilidad del pensamiento, el éxtasis y el sueño, nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, la carrera, el salto mortal, la bofetada y el puñetazo.
Afirmamos que el esplendor del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con grandes tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente que parece que corre sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia.
Queremos alabar al hombre que tiene el volante, cuya lanza ideal atraviesa la Tierra, lanzada ella misma por el circuito de su órbita.
Hace falta que el poeta se prodigue con ardor, fausto y esplendor para aumentar el entusiástico fervor de los elementos primordiales.
No hay belleza sino en la lucha. Ninguna obra de arte sin carácter agresivo puede ser considerada una obra maestra. La pintura ha de ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para reducirlas a postrarse delante del hombre.
¡Estamos sobre el promontorio más elevado de los siglos! ¿Por qué deberíamos protegernos si pretendemos derribar las misteriosas puertas del Imposible? El Tiempo y el Espacio morirán mañana. Vivimos ya en lo absoluto porque ya hemos creamos la eterna velocidad omnipresente.
Queremos glorificar la guerra - única higiene del mundo-, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las malas ideas para las cuales se muere y el desprecio por la feminidad.
Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias variadas y combatir el moralismo, el feminismo y todas las demás cobardías oportunistas y utilitarias.
Nosotros cantaremos a las grandes masas agitadas por el trabajo, por el placer o por la revuelta: cantaremos a las marchas multicolores y polifónicas de las revoluciones en las capitales modernas, cantaremos al vibrante fervor nocturno de las minas y de las canteras, incendiados por violentas lunas eléctricas; a las estaciones ávidas, devoradoras de serpientes que humean; a las fábricas suspendidas de las nubes por los retorcidos hilos de sus humos; a los puentes semejantes a gimnastas gigantes que husmean el horizonte, y a las locomotoras de pecho amplio, que patalean sobre los rieles, como enormes caballos de acero embridados con tubos, y al vuelo resbaloso de los aeroplanos, cuya hélice flamea al viento como una bandera y parece aplaudir sobre una masa entusiasta.
El Hombre y la técnica. Oswald Spengler. Extracto.
Todo lo orgánico sucumbe a la creciente organización. Un mundo artificial atraviesa y envenena elmundo natural. La civilización se ha convertido ella misma en una máquina, que todo lo hace oquiere hacerlo maquinísticamente. Hoy se piensa en caballos de vapor. Ya no se ven y contemplanlas cascadas sin convertirlas mentalmente en energía eléctrica. No se ve un prado lleno de rebaños pastando sin pensar en el aprovechamiento de su carne. No se tropieza con un bello oficio antiguo de una población todavía alimentada de savia primordial, sin sentir el deseo de substituirlo por unatécnica moderna. Con sentido o sin él, el pensamiento técnico quiere realización. El lujodelamáquina es la consecuencia de una constricción mental. La máquina es, en último término, un símbolo, como su ideal oculto, el perpetuummobile, es una necesidad espiritual y anímica, pero no vital.
[...]
Sólo hay una concepción del Universo que sea digna de nosotros: la ya citada de Aquiles cuando dice que mejor es una vida breve, llena de hazañas y de gloria, que una vida larga sin contenido. El peligro se ha hecho tan grande para cada individuo, cada clase, cada pueblo, que es deplorable el pretender engañarse. El tiempo no puede detenerse; no hay prudentes retornos, no hay cautelosas renuncias. Sólo los soñadores creen en posibles salidas. El optimismo es cobardía.
Hemos nacido en este tiempo y debemos recorrer violentamente el camino hasta el final. No hayotro. Es nuestro deber permanecer sin esperanza, sin salvación en el puesto ya perdido. Permanecer como aquel soldado romano, cuyo esqueleto se ha encontrado delante de una puertaen Pompeya, y que murió porque al estallar la erupción del Vesubio olvidáronse de licenciarlo. Eso es grandeza; eso es tener raza. Ese honroso final es lo único que no se le puede quitar al hombre.
Ernst Jünger. El Trabajador. Dominio y figura. El tránsito de la democracia liberal al Estado de trabajo. Extracto.
“[…]
No faltan tentativas de apoderarse de ese sentido nuevo […] y de supeditarlo a los viejos sistemas de la sociedad burguesa. La más importante de esas tentativas consiste en concebir toda fuerza nueva emergente como el socio de una negociación y en integrarla en un aparato que trabaja con negociaciones. El grado de resistencia que puede oponerse a esos esfuerzos es una acreditación de la capacidad para unos órdenes de índole diferente. Hay ciertos poderes de los que no puede aceptarse la legalidad sin convertirse en cómplice de ellos. […] Demasiado conocido es el rostro de la democracia tardía, en el cual han dejado grabadas sus señales la traición y la impotencia. En esa situación han prosperado magníficamente todos los poderes de la putrefacción, todos los elementos decrépitos, extrangeros y hostiles; el secreto objetivo de tales poderes es la perpetuación a cualquier precio de esa situación.
De ahí que tenga mucha importancia el modo como se efectúe el relevo del dominio aparente del burgués por el dominio del trabajador y, con ello, la alternancia de dos imágenes completamente distintas del Estado.Cuanto más elemental sea la vía por la que acontezca esa alternancia, tanto más se efectuará en el campo donde está la auténtica fortaleza del trabajador. Cuanto más renuncie éste a utilizar en su lucha los conceptos, las órdenes, las reglas de juego y las constituciones inventadas por el burgués, tanto más se hallará en condiciones de hacer efectiva su ley peculiar y tanto menos podrá aguardarse de él tolerancia. El primer presupuesto de una contrucción orgánica del Estado es que queden consumidas por el fuego todas esas guaridas de las que en las horas de la máxima exigencia hace salir la traición, como del vientre de Troya, sus tropas auxiliares.
[…]
Detás de esas marionetas que en las tribunas públicas, a punto ya de desmoronarse, están laminando la huera fraseología liberal hasta dejar reducidos su espesor al de una hoja de papel, hay unos espíritus más sutiles y más experimentados; están preparando un cambio de decorado. Bajo una formulaciones nuevas, sorprendentes, “revolucionarias”, lo que encontraremos […] (será) una connivencia con todos aquellos poderes cuya existencia asegura […] la continuación del mundo burgués. Es tal la situación de desesperación a que el burgués ha llegado que está dispuesto a aguantar, con tal de que siga garantizada su seguridad, todas aquellas cosas que hasta ahora habían venido siendo inagotable objeto de su ironía.
[…] En esas palabras, nacionalismo y socialismo, se transparenta un significado nuevo y diferente, en el cual se acusa el esfuerzo de un tipo humano llamado a dominar. Nos hallamos en un proceso que es el que da su dirección a los principios universales y en el que la “libertad de” se transmuta en “libertad para”.
En este contexto el socialismo aparece como el presupuesto de una articulación autoritaria rigurosísima y el nacionalismo, como el presupuesto de una tareas de rango imperial”.
Eurocentrismo - "carnes, vinos y quesos argentinos... seguidos de un desfile" JAJAJAJA!!!!! - Campaña anti-argentina - es una "campaña organizada" (como le daban letra a la hija de puta) - Está "todo orquestado" (más letra...) - Mundial de fútbol (Por favor...) ¡¡¡Seguido de NACIONALIZACIÓN (¿de las masas?)!!!
Ese destino de furia es lo que en sus caras persiste...
Me veras volar
Por la ciudad de la furia
Donde nadie sabe de mi
Y yo soy parte de todos
Nada cambiara
Con un aviso de curva
En sus caras veo el temor
Ya no hay fabulas
En la ciudad de la furia
Me veras caer
Como un ave de presa
Me veras caer
Sobre terrazas desiertas
Te desnudaré
Por las calles azules
Me refugiaré
Antes que todos despierten
Me dejarás dormir al amanecer
Entre tus piernas
Entre tus piernas
Sabras ocultarme bien y desaparecer
Entre la niebla
Entre la niebla
Un hombre alado extraña la tierra
Me veras volar
Por la ciudad de la furia
Donde nadie sabe de mi
Y yo soy parte de todos
Con la luz del sol
Se derriten mis alas
Solo encuentro en la oscuridad
Lo que me une con la ciudad de la furia
Me veras caer
Como una flecha salvaje
Me veras caer
Entre vuelos fugaces
Buenos Aires se ve tan susceptible
Ese destino de furia es
Lo que en sus caras persiste
Me dejaras dormir al amanecer
Entre tus piernas
Entre tus piernas
Sabras ocultarme bien y desaparecer
Entre la niebla
Entre la niebla
Un hombre alado prefiere la noche
Me veras volver
Me veras volver
A la ciudad de la furia
Revista Barcelona nº 118 (28 de Septiembre de 2007)
1.- Me olvidé. 2.- Pensé que era un chiste. 3.- Se me cayó el sistema. 4.- No me llegó ningun email. 5.- Me llegó, pero a correo no deseado. 6.- Fui pero no me animé a entrar. 7.- Tengo ataques de pánico. 8.- Me tomé el colectivo para el otro lado. 9.- No tenia plata para el colectivo. 10.- Yo trabajo. 11.- Los domingos son sagrados. 12.- Pensé que era un chiste. 13.- Me tiré a dormir la siesta y se me re-pasó 14.- Carezco de la voluntad suficiente. 15.- Pensé que mi opinion no le importaba a nadie. 16.- Fui estuve diez minutos y como no habia onda me las tomé. 17.- Salgo poco. 18.- Los domingos se los dedico a Dios. 19.- No me digas que era ayerrrrrrrrr!. 20.- Dejé la leche en el fuego. 21.- Si te he visto no me acuerdo. 22.- Lo único que faltaba!!!!! 23.- No sabia que ropa ponerme. 24.- Me perdí. 25.- Pisé caca y me dio verguenza entrar. 26.- Pensé que era un chiste. 27.- O Angeloz o nada!!!! 28.- Sin un Red-Bull no soy capaz ni de atarme los cordones. 29.- Me dio miedo. 30.- Al otro dia, tenia que madrugar. 31.- Mi mamá no me deja. 32.- El único mdo en que este sistema perimido caiga es vaciandolo de contenido, mientrassigamos haciendo la pantomima del buen democrata nada va a ocurrir y aparte ¿A quien queres que vote? ¿Al Menemista de Scioli, al narco De Narvaez y al sobrino de Franco Macri? Aparte mi mamá no me deja. 33.- El trafico era un lio. 34.- No sos vos, soy yo. 35.- La pelota no dobla. 36.- Siempre soy el último en enterame de todo 37.- No me entregaron la otra zapatilla. 38.- Me descompensé. 39.- Me encontré con un ex compañero de la secundaria y que pin que pan nos fuimos a tomar algo y que pin que pan se nos hizo tarde querida. 40.- Anoté mal la dirección. 41.- Te juro que pensé que era un chiste. 42.- La verdad... no se que decirte. 43.- Es la primera vez que me pasa. 44.- Si no pierdo la cabeza es porque la tengo pegada. 45.- No encontré la corbata. 46.- Vos podés creer lo que me pasó... 47.- jUy, que chambón! 48.- Me compré el album de figuritas de Gaturro y entre que pegaba unas y me reía de otras se me pasó toda la tarde, igual no me arrepiento eh! 49.- Que Dios y la patria me lo demanden. 50.- Tenia que entregar la página de BARCELONA.
Yo nunca guardé rebaños,
pero es como si los guardara.
Mi alma es como un pastor,
conoce el viento y el sol
y anda de la mano de las estaciones
siguiendo y mirando.
Toda la paz de la naturaleza a solas
viene a sentarse a mi lado.
Pero permanezco triste, como un atardecer
para nuestra imaginación,
cuando refresca en el fondo de la planicie
y se siente que la noche ha entrado
como una mariposa por la ventana.
Pero mi tristeza es sosiego
porque es natural y justa
y es lo que debe haber en el alma
cuando piensa que ya existe
y las manos cogen flores sin darse cuenta.
Con un ruido de cencerros
más allá de la curva del camino
mis pensamientos están contentos.
Pensar molesta como andar bajo la lluvia
cuando el viento crece y parece que llueve más.
No tengo ambiciones ni deseos.
Ser poeta no es una ambición mía.
Es mi manera de estar solo.
Ernst Jünger. De él decía Sartre: “Lo odio no por alemán, sino por aristócrata”.
Aristocracia del espíritu es un concepto integral, de raíz vitalista y concepción jerárquica. La atribución de espiritualidad a lo aristocrático no pretende dar pompa a un término maldito, empachado y prostituido, ni justificar el uso de un clasismo fácil, sino significar un estado afamado de nuestras almas. Lo aristocrático remite a la sangre, a la herencia y a la perpetuación de la nobleza por los lazos de parentesco.
Aristocracia puede sugerir un elitismo impuesto e impostado, un rango fingido, un artificio del poderoso en su codicia de potestad; estirpes megalómanas que adquieren el ejercicio de control por un pasado vaporoso, linajes con la autoridad fáctica y espiritual cedida por designios inasibles e irracionales. Aristocracia hiede a mentira, a sistema de castas herméticas que reciben su ser de la común aceptación de la tradición.
Con todo, la importancia de la tradición y de las estructuras aristocráticas es palmaria; la función de preservación y de significación cultural que conllevan es un hecho incuestionable. Uno de los principales problemas de la posmodernidad es la desidentificación con el pasado y la dislocación de un sistema de valores que a modo de preceptos constituyan un marco cohesionado. Desamparo, individualismo, orfandad, vacuidad, relativismo, rémoras que integran una actualidad desubicada donde impera la ansiedad y la depresión, porque, al fin y al cabo, el pueblo necesita su soma, su religión, su dios genérico, su guarida, su cobijo, unos ideales colectivos que lo sitúen. Giordano Bruno ponderó la importancia capital de una religión común como guía de la muchedumbre que no puede darse a sí misma una ley, que no puede guiar su espíritu hacia la virtud y la excelencia. En la separación entre el hombre que puede marcar su propio camino y el hombre-becerro que necesita ser guiado, reside la Aristocracia de Espíritu, la capacidad individual de generar la propia nomon. La voluntad de sacrificarse y enfocarse a lo trascendente marca una jerarquía que discierne entre el ardor de unos y la apatía de otros. Así será menester del hombre fuerte sostener la vida del vulgo bajo unos códigos elementales, sea como ejemplo a seguir, modelo de virtud, o como legislador que dictamina.
El aristócrata de espíritu es aquel que abandona la ociosidad del plebeyo, la holgazanería del sumiso, la pereza del mediocre, la desidia del vulgar, la indiferencia del bienestar, la calma de quien no quiere sufrir y para ello evita la gloria. El aristócrata de espíritu es trágico y ve en el sacrificio la auténtica religión, el movimiento de renuncia que lo encumbrará. En La Decadencia de Occidente, Oswald Spengler musitaba un puñado de palabras que podrían ser el resumen de los empeños y pretensiones, de la perspectiva vital de este arquetipo de hombre: “Quien bienestar sólo quiere, no merece vivir el presente”. La Aristocracia de Espíritu será el arrojo con el que se desafía a una época apopléjica, la violencia con la que nos distanciamos del presente para recaer en él con más ímpetu, el atrevimiento a rotular la insignificancia del conjunto y separarnos de éste, el deseo de arraigar en el ostracismo y la incomprensión. La Aristocracia de Espíritu traza una línea entre aquellos que viven en su tiempo y lo acatan, pasan de puntillas, dóciles, mansos, callados, timoratos, deseando morir tumbados en un mundo que no les ha herido, y entre aquellos que después de una batalla fiera y cruenta, en la que subes y bajas, pereces y resucitas, anhelan un solo relámpago en el que exonerarse y poder yacer, redimiendo su espíritu y el ser del hombre.
El aristócrata será elitista, no se siente igual y no lo quiere ser, desea el enfrentamiento, ansía la reyerta, se regocija en la lucha, porque la confrontación con la realidad le sostiene, es la única forma digna de habitar en ella. Y allí podrá ser hipérbol y exageración, trasunto inverso del sillón de un ciudadano de bien, fantasmagoría de un chalet adosado, la intransigencia de ideas majaderas, un jirón en el devenir lineal, el fanatismo que quiebra una apacible velada ante el televisor, la intolerancia hacia los derechos dictados por la lógica, el esputo de la irracionalidad, el vómito de un mundo empachado de tibieza. El aristócrata ultraja la medianía, abrasa lo comedido, ruge bajo el fango. Quiere descender hasta lo insondable y ascender hasta lo exquisito, caer en el pecado y blandir la rectitud. Un aristócrata de espíritu debe estar dispuesto a ser degradado por el pueblo ajibarado, cuyas sentencias son fruto de la sensata indolencia; debe aspirar a ser depuesto del seno de la igualdad democrática; maldecido por el sentido común del eunuco; repudiado por la débil voz de la mayoría, ronca de aclamar proclamas humeantes. Debe regodearse en las marismas del desenfreno para conocer la virtud, es parte del vaivén que sacude su alma; un Don Juan que se sitúa en otro ámbito de la existencia que le permite errar, sangrar y herir, eximir el pecado de quien no desea vivir una vida plena para no temer y temblar. Y así llegará al Ser, sacrificando la comodidad y la tentación de un mundo de latón, enfrentándose a su tiempo para ser su tiempo.
Locura, insomnio, aislamiento, deseo, desesperación, odio, confusión, violencia y redención. Éste es, visto desde la limitación que provee mi sensibilidad, el cóctel que ofrece Taxi Driver. Se trata de un viaje a las oscuras calles de New York, ciudad de la decadencia y la perdición según la mirada que ofrece nuestro chofer.